El raso es una tela preciosa, que estamos muy acostumbrados a ver en eventos especiales y en prendas formales de vestir. Y no sólo en prendas de vestir, sino también en accesorios, como bolsos, carteras de mano y zapatos. Pero su delicadeza y suavidad convierten cualquier manchita o lamparón en un quebradero de cabeza, y es que aunque los vestidos suelen acabar en la tintorería, no es así con esos accesorios que, a menudo, desechamos o escogemos llevar "escondidos" al haber perdido su lustrosidad. Pues bien, en realidad, veréis que la solución para limpiar el raso es más sencilla de lo que creemos.
Para lavar las prendas, si habéis decidido ahorraros la tintorería podéis sumergirlas en agua fría con un chorrito de jabón para prendas delicadas. Lavad a mano sin frotar, y, al aclarar, echad en el agua limpia un poquito de vinagre de alcohol. Recordad no estrujar ni retorcer la prenda, y tended lo más estirada posible. Además, evitad que le de el sol de pleno, para que no se reseque y pierda color y suavidad. Es mucho mejor tender la prenda en un sitio a la sombra pero bien aireado. En el caso de zapatos, carteras y bolsos, sólo tenéis que pasar una toallita de bebé por toda la superficie. Veréis como los lamparones y las manchas desaparecen, y se os quedan esos complementos como nuevos.
Esperamos que estos consejos os hayan servido y ahora, ¡a lucir raso, que ya es temporada!
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