Uno de los objetos fundamentales en todo hogar es la plancha. Y, si os dedicáis a la costura, tanto de modo profesional como aficionado, habréis notado que la plancha es un elemento importantísimo en la ejecución de las confecciones: el planchado de dobladillos, de costuras, de pliegues y forros… y por supuesto, de la prenda acabada para un mejor aspecto final.
Sin embargo, no es raro que la base de la plancha empiece a oscurecerse y a afearse. Esto, más allá de una cuestión puramente estética, también puede estropear una labor, pues a menudo la plancha no se desliza bien o, lo que es aún peor, deja restos oscuros allá por donde pasa.
Hoy os vamos a dar varios trucos para limpiar la plancha sin miedo a estropearla, y de forma sencilla y rápida.
La sal es una aliada perfecta y que todos tenemos muy a mano. Tan sencillo como espolvorear sal sobre la tabla, enchufar la plancha y, ya caliente, pasarla sobre la sal, con pasadas precisas sobre la misma hasta que veamos que se han eliminado las manchas oscuras. Luego, sólo hay que dejar enfriar y pasar un paño húmedo sobre la base de la plancha para eliminar cualquier resto de sal que se haya podido quedar adherido.
Para manchas más incrustadas, no obstante, podéis recurrir al tradicional vinagre blanco. Calentad un poco, humedeced un paño y frotad con el mismo la base de la plancha hasta dejar la base limpia.
Otro truco menos conocido para limpiar la plancha consiste en deslizar una vela sobre la base de la plancha una vez que esta esté caliente. Aunque asuste, luego será sencillo retirar la cera de la base de la plancha con un paño, y veréis como, junto a la cera, desaparece la suciedad.
Por último, otra eficaz solución consiste en recurrir a la pasta de dientes. Tan fácil como frotar con un cepillo y pasta de dientes la base, eso sí, la plancha debe estar totalmente fría. A continuación, limpiad con un paño. Luego, enchufad y planchad a vapor una tela, para eliminar bien los restos de pasta de dientes.